Con la primavera y la llegada del verano, muchas personas buscan perder peso rápidamente para estar a punto en la 'operación bikini'. Entre denominadas 'dietas milagro' y encomendados a productos light, sin azúcar, bajo en grasas, bajos es sal... ponen sin darse cuenta en contra de su salud.

Una de las formas que se contemplan para reducir el consumo de calorías es sustituir los alimentos convencionales por alimentos etiquetados como ‘light’ o ‘bajos en calorías’. Normalmente, se habla de productos light cuando se hace una nueva formulación en la que se reduce el azúcar, la grasa, la sal, las calorías… estos ingredientes, además de aportar sabor, tienen funciones tecnológicas, por eso necesitan ser sustituidos, no basta con eliminarlos o reducirlos.

Para sustituir el azúcar en los productos "light" se utiliza una amplia lista de edulcorantes que utiliza la industria alimentaria para aportar el dulzor que se le ha retirado al reducir o eliminar el endulzante, y la mayoría de ellos afectan a la microbiota intestinal. También se suelen añadir colorantes para aportar la caramelización que ya no otorgará el azúcar, fibras vegetales o hidrocoloides son los elementos que pueden añadirse para mejorar la textura de los helados, en la bollería se suele añadir más grasa, y en los cacaos en polvo, un derivado del almidón como es la maltodextrina.

El resultado no es un alimento mejor ni organolépticamente ni nutricionalmente, y si se han reducido algo las calorías, puede considerarse una cantidad irrisoria. Y a todo esto hay que sumar que los productos light suelen ser más caros que los convencionales.