Un reciente estudio de la FAO, donde más de 500 estudios científicos y 250 documentos fueron solicitados por el equipo de trabajo de la FAO, concluye que la carne, los huevos y la leche juegan un papel importante en el cumplimiento de los objetivos mundiales de nutrición. El estudio titulado "Contribución de los alimentos de origen animal terrestre a una dieta sana para mejorar la nutrición y la salud" apunta que se trata de alimentos que pueden ayudar a reducir el retraso en el crecimiento, la desnutrición, la anemia en las mujeres embarazadas y el sobrepeso en la infancia.

Es evidente que a nivel mundial y por el momento, a pesar de que los alimentos de origen vegetal son el centro de atención, no logran cumplir con los objetivos nutricionales y de salud pública. El estudio realizado se considera el análisis más completo que se ha hecho hasta el momento sobre los beneficios y los riesgos de consumir alimentos de origen animal, y en concreto se habla de la carne, los huevos y la leche, alimentos que se consideran fuentes importantes de nutrientes que necesita el organismo y que no se pueden obtener tan fácilmente de alimentos vegetales.

En esta evaluación se ha analizado la contribución de los alimentos mencionados en las dietas que mejoran la salud y la nutrición, destacando que en algunos sistemas agroalimentarios y subgrupos poblacionales, se consumen grandes cantidades de alimentos de origen animal, mientras que otros realizan un consumo moderado.

Al final del estudio podemos llegar a la conclusión de que lo importante es el equilibrio, no abandonar estos alimentos, pero tampoco abusar de ellos. Cuando finalmente estén disponibles en el mercado los alimentos de cultivo celular, veremos si la FAO cambia las recomendaciones y apuesta por este segmento, al menos en lo referente a la protección medioambiental y el bienestar animal.