Un informe realizado por la Red de Acción en Plaguicidas (PAN: Pesticide Action Network), advierte sobre un aumento espectacular de los residuos de pesticidas peligrosos en frutas y verduras que se comercializan en la Unión Europea, poniendo en evidencia que los gobiernos cumplen con sus obligaciones legales, sobre todo con el objetivo de la estrategia Farm to Fork (Estrategia del Campo a la Mesa) enmarcada en el Pacto Verde Europeo (The European Green Deal) presentado en el año 2019. La CE anunció en 2020 que en esta estrategia se enmarcaba el objetivo de reducir el uso de pesticidas en un 50% para el año 2030.

El Reglamento (CE) nº 1107/2009 estableció la puesta en marcha de una iniciativa para identificar aquellas sustancias aprobadas que resultan más dañinas para los seres humanos y el medio ambiente y que están presentes en los productos fitosanitarios. Una vez identificadas, el reglamento establece que se deben sustituir por alternativas que resulten menos dañinas.

El 87% de las peras que se comercializan en Bélgica y el 85% de las que se comercializan en Portugal, estaban contaminadas por al menos un pesticida considerado peligroso. A nivel comunitario se apunta que las frutas más contaminadas fueron las moras con un 51%, los melocotones con un 45%, las fresas con un 38%, y las cerezas y albaricoques con un 35%. En términos generales, se estima que en 2019, casi un tercio de todas las frutas muestreadas y analizadas estaban contaminadas con sustancias peligrosas.