La concienciación de la sociedad por el cambio climático empieza a ser cada vez más notable, pero hay un punto clave que a los españoles le costaría renunciar y es la disminución del consumo de carne para luchar contra el cambio climático. Algunos de los motivos principales son el arraigamiento al consumo de esta en nuestra sociedad, pero también se encuentra el problema de que las "carnes" vegetales pueden llegar a ser cuatro veces más caras que sus alternativas originales.

La industria de la carne vegetal aún es muy joven y no cuenta con las infraestructuras necesarias para poder competir directamente con la carne tradicional, aparte que a menudo se encuentra con trabas legislativas creadas por el sector cárnico para intentar frenar su crecimiento.

A pesar de su "controvertida" irrupción en el mercado, las alternativas vegetales están aumentando de forma imparable y se estima que en el 2030 algunas carnes vegetales sean directamente competitivas con la carne tradicional.