El consumo de pan fresco integral en España ha aumentado más de un doce por ciento y consolida su presencia en los hogares españoles, donde el incremento ha sido cercano al seis por ciento. Individualmente, la ingesta per cápita en 2020 fue de más de dos kilos, datos que confirman que el pan integral sigue ganando consumidores en nuestro país.

Los cereales de grano completo juegan un papel importante en el mantenimiento de la salud gracias a la gran cantidad de fibra, minerales y vitaminas, y los numerosos fitoquímicos —polifenoles, carotenoides, alkilresorcinoles…— presentes en ellos y que se encuentran, principalmente, en el salvado y el germen del grano del cereal.

Unos beneficios también aplicables a los más pequeños, ya que el pan integral aporta hidratos de carbono complejos, necesarios para equilibrar la dieta y cuya ingesta en los escolares españoles es deficitaria. Además, la mayor cantidad de fibra, vitaminas y minerales que contiene, con respecto al pan blanco, contribuyen a cubrir las necesidades de nutrientes en esta etapa. Una ingesta adecuada de fibra en la infancia ayuda a evitar el estreñimiento, prevenir y tratar la obesidad, regular los niveles de colesterol en sangre y modular la hiperglucemia postpandrial.