Como afirma Antonio Gutters, Secretario General de las Naciones Unidas, "nos enfrentamos a una lección: volver al mundo que conocíamos antes o abordar de manera decisiva aquellos problemas que nos hacen inncesariamente vulnerables a esta y futuras crisis".

Pues bien, según un reciente estudio del Basque Culinary Center, diseñar diferentes escenarios es una manera de analizar la posibilidad de que sucedan situaciones inesperadas, situaciones que nos sorprenden y que nos conmocionan como la que vivimos en la actualidad a causa del COVID-19. De los posibles escenarios que se analizan en dicho estudio nos gustaría resaltar el “escenario de transformación”, en el que se estudian que lecciones hemos aprendido a causa de este tipo de situaciones.

Cooperación.

A causa de la pandemia, la transparencia y la cooperación se ha puesto de manifiesto entre los diferentes países con el objetivo de prevenir y resolver problemas globales. Un claro ejemplo de ello, son las empresas transnacionales que cooperan con empresas locales en vez de competir con ellas.

Autoabastecimiento.

Teniendo en cuenta que las patologías afines a una mala alimentación y un estilo de vida poco saludable empeoran el pronóstico en pacientes que padecen coronavirus, cada vez más hay una mayor concienciación por la salud y la alimentación. Ahora apostamos más por una alimentación sostenible, por la compra de alimentos locales, el uso de huertos familiares en los que cultivar, construir y cocinar, etc. Sin duda se inicia una nueva etapa en nuestras vidas en la que apostamos por la vuelta al campo.

Producción local y biodiversidad.

  • El medio rural sale fortalecido y mantiene la economía del entorno.
  • Auge de la biodiversidad y recuperación de los cultivos tradicionales, que además de favorecer la nutrición, aporta una mayor diversidad genética a los ecosistemas y los hace más resilientes, siendo muy beneficioso frente a posibles pandemias que se pudieran producir.
  • Gracias a la comunicación que los chefs hacen sobre los productos y proveedores con los que ellos trabajan, se logra un mayor control y flexibilidad en la diversificación de los productos que los pequeños productores hacen en sus canales de ventas.

Sostenibilidad y economía circular.

Las empresas del sector apuestan más por la sostenibilidad, y eso se deja notar en el máximo aprovechamiento que hacen de la materia prima producida, lo cual lleva a consumir partes que anteriormente se desechaban. Se establece la economía circular.

Comercialización directa y personal.

Los agricultores y consumidores buscan cada vez más opciones para la compra / venta a través del e-commerce y el uso de apps. Todo ello conduce a que el consumo local aumente, tomando mayor valor y protagonismo frente a los grandes centros comerciales.

Consumo ético.

  • El coronavirus ha supuesto que tengamos que replantear nuestro modelo de consumo y tengamos una mayor sensibildad por la sostenibilidad.
  • El ejercicio y una buena alimentación saludable son los mejores ingredientes de una medicina preventiva con las que estaremos ayudando a que nuestro sistema sanitario no se colapse tanto.